En las relaciones comerciales hay palabras que desencadenan tsunamis. “Arancel” es una de ellas. La sola mención de nuevas tarifas aduaneras puede hacer temblar a industrias enteras. Y cuando entran en juego materiales clave como el acero o el aluminio, la onda expansiva impacta de lleno en la cadena de suministro en la construcción: desde los grandes proyectos de infraestructura hasta la obra residencial.
¿El resultado? Retrasos, aumentos de costes y una presión creciente sobre proveedores y contratistas.
Esta situación no solo afecta los márgenes, sino también la capacidad de planificar y ejecutar con previsibilidad en un sector que ya lidia con tensiones logísticas, falta de mano de obra y exigencias de sostenibilidad.
¿Por qué tanto revuelo con los aranceles?
Lejos de ser una herramienta técnica más, los aranceles comerciales se perciben como señales de inestabilidad. Generan incertidumbre porque:
- Alteran las reglas del comercio prácticamente de la noche a la mañana
- Encarecen materias primas
- Modifican rutas y flujos logísticos
- Obligan a renegociar contratos y precios
Todo esto sucede sin garantías sobre cuánto durarán las medidas ni qué restricciones adicionales podrían aparecer después.
Además, el contexto geopolítico añade complejidad: la reciente ofensiva arancelaria liderada por EE. UU., con figuras como Donald Trump al frente, buscaba proteger industrias locales y demostrar poder económico. Pero el efecto boomerang es real: también impacta a empresas estadounidenses, que enfrentan subida de costes y represalias comerciales.
El acero y el aluminio: dos pilares de la cadena de suministro en la construcción
El impacto es especialmente crítico en sectores como la construcción. El acero es esencial para estructuras, viviendas y grandes obras. Su encarecimiento dispara presupuestos, fuerza la renegociación de contratos firmados y puede poner en riesgo la viabilidad de proyectos completos.
El aluminio, usado en ventanas, acabados y elementos estructurales ligeros, también es un material clave. Cuando su precio se dispara:
- Las constructoras y proveedores deben recortar márgenes
- Las entregas se retrasan o se paralizan obras
- Toda la cadena de suministro en la construcción se ve afectada, desde fabricantes de maquinaria hasta distribuidores de componentes
Este impacto va más allá de lo financiero: también compromete el empleo y ralentiza el desarrollo económico.
Rediseñar la cadena de suministro: más allá de China
China ha sido durante varias décadas el gran almacén del mundo. Su incuestionable liderazgo como proveedor global de acero y aluminio se cimentó en su capacidad productiva, precios competitivos y logística consolidada. Pero con los nuevos aranceles, ese flujo ha alterado la cadena de suministro. Las empresas, obligadas a buscar soluciones, acuden ahora a proveedores alternativos en Turquía, Vietnam, México, Brasil o Europa del Este.
Este cambio tiene un coste. Las nuevas rutas logísticas no siempre son tan eficientes. Hay diferencias en normativas, problemas en la precalificación de proveedores, riesgos en la calidad y mayores tiempos de entrega. Además, estos proveedores alternativos saben que su posición ha mejorado y negocian desde una mayor fortaleza, elevando también los precios. Así, lo que parecía una solución táctica, se convierte en un rediseño estructural de las cadenas de suministro.
Este rediseño de la cadena de suministro en la construcción implica:
- Nuevos desafíos logísticos
- Diferencias normativas y problemas de homologación
- Riesgos en la calidad y mayor tiempo de entrega
- Proveedores con mayor poder de negociación
Lo que parecía una solución táctica, se convierte en un cambio estructural con costes añadidos y curvas de adaptación.
Estrategias para blindar la cadena de suministro en la construcción
Para afrontar esta nueva realidad, muchas empresas del sector están adoptando estrategias como:
1. Diversificación de proveedores
Evitar la dependencia de un solo país se ha vuelto clave. Las empresas que ya trabajaban con una red más amplia de proveedores están mejor posicionadas para adaptarse. Esta estrategia, aunque más compleja, ofrece estabilidad y mayor capacidad de respuesta ante futuros cambios geopolíticos.
2. Flexibilizar los contratos
Introducir cláusulas de revisión de precios y escenarios de ajuste permite compartir riesgos con clientes y proveedores. Esto se traduce en una mayor transparencia, confianza mutua y capacidad de adaptación en contextos cambiantes.
3. Optimización de procesos internos
Reducir el desperdicio de materiales, afinar la logística y mejorar la eficiencia en la cadena interna ayuda a compensar el impacto del encarecimiento externo. Las empresas que invierten en procesos ajustados y ágiles pueden amortiguar mejor los efectos de los aranceles.
4. Revisión de la política de precios
No se trata solo de subir precios, sino de explicar por qué. Una estrategia clara de comunicación hacia los clientes es esencial. Mostrar datos, comparativas y análisis de mercado puede ayudar a justificar ajustes sin perder competitividad. Explicar bien el contexto (con datos, comparativas y proyecciones) permite mantener la confianza del cliente.
5. Uso de materiales alternativos
Las restricciones empujan a innovar. Desde compuestos reciclados hasta estructuras híbridas, muchas empresas están explorando formas de reducir la dependencia del acero y el aluminio tradicional. Aunque no todas las soluciones están maduras, la inversión en investigación se percibe ahora como una necesidad más que como una apuesta opcional.
Mirar más allá del corto plazo: resiliencia como estrategia
Los aranceles no desaparecerán de un día para otro. Por eso, cada vez más empresas planifican a 5 o 10 años, apostando por la resiliencia más que por la rentabilidad inmediata.
Esto implica:
- Regionalizar la producción
- Acortar distancias con el consumidor final
- Reducir exposición a conflictos comerciales
En resumen: los aranceles no solo encarecen, sino que transforman. Adaptar y fortalecer la cadena de suministro en la construcción es clave para sobrevivir —y prosperar— en este nuevo entorno.
En Nalanda te ayudamos a adaptarte
En Nalanda contamos con herramientas que conectan a contratistas y proveedores para optimizar los procesos, minimizar riesgos y reforzar la cadena de suministro en la construcción frente a tensiones arancelarias y comerciales.
Más allá del acero y el aluminio, lo que realmente está en juego es la flexibilidad para operar en un mundo más volátil, competitivo y exigente.
La palabra arancel seguirá en los titulares. Lo importante es cómo respondas tú cuando vuelva a aparecer.