La ergonomía en el trabajo es un factor muy importante para mantener a los empleados saludables y poder maximizar al máximo su rendimiento en el entorno laboral. Solemos pasar muchas horas en la oficina frente a un ordenador y si las condiciones en las que estás no son ergonómicas pueden tener un impacto negativo en tú salud y por tanto en el rendimiento laboral.
¿Qué es la Ergonomía en el trabajo?
La ergonomía en el trabajo se refiere a la adaptación del entorno laboral a las necesidades del empleado. El objetivo es poder garantizar que el trabajador pueda realizar las tareas diarias cómoda y eficientemente, minimizando al máximo el riesgo de molestias y lesiones relacionadas con el trabajo. Esto implica que se debe tener en cuenta la disposición de los muebles (mesas en una oficina), la altura a la que se encuentran las sillas, la iluminación, la ubicación que tiene la pantalla del ordenador y la postura corporal que el trabajador adopta.
Impacto de la ergonomía en el rendimiento del empleado
La ergonomía en el trabajo tiene un gran impacto en el rendimiento del empleado. Cuando un trabajador está cómodo en su posición de trabajo es más sencillo que se concentre más en sus tareas. Además, una postura corporal adecuada reduce la fatiga y el estrés en el cuerpo, resultando en un mayor rendimiento diario.
Un ambiente laboral ergonómico ayuda a prevenir lesiones relacionadas con el trabajo en oficina, como puede ser el síndrome del túnel carpiano, lumbalgia o problemas oculares entre otros. Las compañías que no implementan precauciones en este tema se pueden enfrentar entre otros a un aumento en la tasa de absentismo laboral. Por otro lado, esta falta de ajuste laboral afecta negativamente a la eficiencia y rendimiento de los empleados.
Cómo elegir las herramientas y equipos adecuados
Seleccionar las herramientas y equipos adecuados es fundamental para garantizar la ergonomía en el lugar de trabajo. El mobiliario, los dispositivos tecnológicos y los materiales de trabajo deben adaptarse a las necesidades de los empleados, reduciendo el esfuerzo físico y el riesgo de lesiones.
Para elegir correctamente estos elementos, es necesario tener en cuenta varios factores. Primero, la adaptación del equipo al usuario, las sillas deben contar con ajuste de altura, respaldo ergonómico y soporte lumbar. Los escritorios deben permitir una postura natural, evitando que los brazos queden demasiado elevados o bajos, además, los teclados y ratones ergonómicos ayudan a prevenir dolencias en las manos y muñecas.
El tamaño y peso de las herramientas también influyen en la comodidad y seguridad del trabajador. Herramientas ligeras y con mangos adaptados a la anatomía de la mano reducen la fatiga y previenen trastornos musculoesqueléticos. Es también fundamental considerar la iluminación y la temperatura del entorno de trabajo, ya que una iluminación inadecuada puede forzar la vista y una temperatura extrema puede afectar la concentración y el bienestar.
La importancia de detectar riesgos por mala ergonomía
Detectar los riesgos derivados de una mala ergonomía es crucial para prevenir lesiones y mejorar el bienestar de los trabajadores. Las malas posturas, la repetición constante de ciertos movimientos o el uso inadecuado de herramientas pueden provocar trastornos musculoesqueléticos, fatiga visual y estrés.
Para identificar estos riesgos, es recomendable realizar auditorías ergonómicas periódicas. Estas evaluaciones permiten detectar problemas en la disposición del mobiliario, la postura del trabajador y el uso de herramientas. También es importante prestar atención a las demandas recurrentes de los empleados, relacionadas con dolores en la espalda, el cuello, los brazos o los ojos.
Beneficios de una buena ergonomía en el puesto de trabajo
Contar con un entorno ergonómico adecuado ofrece numerosos beneficios tanto para los empleados como para la empresa. Un diseño correcto del espacio de trabajo mejora la salud física y mental de los trabajadores, disminuye el ausentismo laboral y aumenta la productividad.
Uno de los principales beneficios es la reducción del estrés físico. Una postura correcta y herramientas adecuadas disminuyen la tensión muscular, evitando molestias en la espalda, el cuello y las extremidades. Además, una buena iluminación y temperatura adecuada contribuyen al confort general.
Por otro lado, la ergonomía también mejora el estado de ánimo y la motivación de los empleados. Trabajar en un ambiente seguro y cómodo permite que los trabajadores se sientan valorados y satisfechos con su labor, lo que influye positivamente en su labor.
Mejora de la productividad y del rendimiento laboral
Un entorno ergonómico bien diseñado repercute directamente en la productividad de los trabajadores. Un espacio de trabajo cómodo y seguro permite que los empleados realicen sus tareas de manera eficiente y con menos esfuerzo.
Cuando los trabajadores se sienten físicamente bien, pueden concentrarse mejor en sus actividades, sin distracciones causadas por dolores o molestias. La reducción de la fatiga permite mantener un ritmo de trabajo constante durante toda la jornada, lo que mejora el rendimiento general.
Además, la optimización del espacio y la correcta distribución de herramientas facilitan la organización y el acceso a los materiales necesarios, evitando demoras innecesarias. Esto permite que los trabajadores sean más eficientes y reduzcan el tiempo empleado en tareas repetitivas.
Previene lesiones
Una buena ergonomía es clave para la prevención de lesiones laborales. Los trastornos musculoesqueléticos como la lumbalgia, el síndrome del túnel carpiano y las lesiones cervicales, son comunes en trabajos donde la ergonomía no es adecuada.
Las empresas también deben fomentar la cultura de prevención, proporcionando materiales informativos y organizando talleres sobre ergonomía. De esta forma, se reduce el riesgo de lesiones y se mejora la calidad de vida de los trabajadores.
La importancia de detectar riesgos por mala ergonomía
La ergonomía en el entorno laboral es un aspecto fundamental para garantizar la salud y el bienestar de los trabajadores. Elegir las herramientas adecuadas, detectar riesgos a tiempo y promover un ambiente ergonómico no solo previene lesiones, sino que también mejora la productividad y el rendimiento laboral.
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