La seguridad laboral es una prioridad incuestionable para las organizaciones, especialmente en sectores donde las actividades implican un alto nivel de riesgo. Y es que los accidentes laborales, las interrupciones operativas y las consecuencias legales son sólo algunas de las problemáticas que pueden derivarse de una inadecuada gestión de riesgos laborales en la empresa.
Los trabajos con mayor riesgo laboral suelen concentrarse en sectores y actividades específicas que requieren una atención especial. El objetivo siempre es el de prevenir accidentes y garantizar un entorno seguro para los trabajadores en cualquier situación. Estas actividades se vuelven aún más complejas cuando se enmarcan en cadenas de subcontratación. Y es que la diversidad de equipos y protocolos puede generar descoordinaciones y aumentar el riesgo.
En las relaciones comerciales hay palabras que desencadenan tsunamis. “Arancel” es una de ellas. La sola mención de nuevas tarifas aduaneras puede hacer temblar a industrias enteras. Y cuando entran en juego materiales clave como el acero o el aluminio, la onda expansiva impacta de lleno en la cadena de suministro en la construcción: desde los grandes proyectos de infraestructura hasta la obra residencial.